Carolina Santos (La Línea de la Concepción, 1977) es una artista plástica de obra prolífica y sofisticada. Estudió en la Escuela de Artes de Algeciras movida por su pasión por el diseño de moda. Posteriormente se formó en Fotografía Artística y Gráfica Publicitaria.
Desde 1999 hasta hoy ha experimentado con la pintura, la fotografía, las artes digitales y el performance, mezclando disciplinas en proyectos muy distintos entre sí pero vinculados por una potente autoría y una sola firma. Becas, premios y reconocimientos de artistas icónicos como Ouka Leele dan fe de su talento. Su regreso a UFCA se produce en 2013 y entra a formar parte del Taller El Proyecto Personal impartido por Tiago da Cruz. De nuestro reencuentro, esta celebración, ‘Quiet Places’, una serie en la que trabaja intensamente desde entonces. Se exhibe junto a algunas obras de otro proyecto paralelo, ‘Love Letters’, fotografías de intervenciones en el paisaje con elementos humanos y artificiales. En Quiet Places, la autora parte de fotografías de paisajes reales (muchas de ellas son colaboraciones de amigos y artistas) que transforma digitalmente, empleando muchísimo esfuerzo, en su búsqueda personal de la belleza. La experiencia estética nace en el tránsito de lo real a lo imaginario, una geometría de caleidoscopio que nos asoma a nuevos mundos por los que viajar. Sus imágenes de grandes dimensiones son complejas armonías que se repiten como un mantra sanador, latidos en cadencia. Tienen pulso, cobran vida. Y giran.
| Mar Gómez
Con la obra de Carolina Santos el espectador se sabe inmerso en los espacios de la moderna fotografía; aquellos a los que el artista llega después de dotarlos de una sabia estructura. Su trabajo no se reduce, como es habitual en los planteamientos fotográficos al uso, a una captación de imágenes sujetas a una mayor o menos intensidad artística, sino que la artista interviene activamente, modela la realidad captada, la configura a sus interés plástico y estético, le proporciona una serie de aditamentos conformantes para que ella adquiera una nueva circunstancia y, además, la dota de una trascendencia artística a su forma y manera. Así tenemos una fotografía constitutiva de una realidad creativa perfectamente manipulada en fondo y forma, un ejercicio plástico que va más allá de una simple representación ilustrativa y que busca posicionarnos en horizontes más amplios donde suscribir nuevas realidades comprometidas con un arte abierto donde no caben esquemas simplistas para miradas escleróticas.
| Bernardo Palomo
Desde 1999 hasta hoy ha experimentado con la pintura, la fotografía, las artes digitales y el performance, mezclando disciplinas en proyectos muy distintos entre sí pero vinculados por una potente autoría y una sola firma. Becas, premios y reconocimientos de artistas icónicos como Ouka Leele dan fe de su talento. Su regreso a UFCA se produce en 2013 y entra a formar parte del Taller El Proyecto Personal impartido por Tiago da Cruz. De nuestro reencuentro, esta celebración, ‘Quiet Places’, una serie en la que trabaja intensamente desde entonces. Se exhibe junto a algunas obras de otro proyecto paralelo, ‘Love Letters’, fotografías de intervenciones en el paisaje con elementos humanos y artificiales. En Quiet Places, la autora parte de fotografías de paisajes reales (muchas de ellas son colaboraciones de amigos y artistas) que transforma digitalmente, empleando muchísimo esfuerzo, en su búsqueda personal de la belleza. La experiencia estética nace en el tránsito de lo real a lo imaginario, una geometría de caleidoscopio que nos asoma a nuevos mundos por los que viajar. Sus imágenes de grandes dimensiones son complejas armonías que se repiten como un mantra sanador, latidos en cadencia. Tienen pulso, cobran vida. Y giran.
| Mar Gómez
Con la obra de Carolina Santos el espectador se sabe inmerso en los espacios de la moderna fotografía; aquellos a los que el artista llega después de dotarlos de una sabia estructura. Su trabajo no se reduce, como es habitual en los planteamientos fotográficos al uso, a una captación de imágenes sujetas a una mayor o menos intensidad artística, sino que la artista interviene activamente, modela la realidad captada, la configura a sus interés plástico y estético, le proporciona una serie de aditamentos conformantes para que ella adquiera una nueva circunstancia y, además, la dota de una trascendencia artística a su forma y manera. Así tenemos una fotografía constitutiva de una realidad creativa perfectamente manipulada en fondo y forma, un ejercicio plástico que va más allá de una simple representación ilustrativa y que busca posicionarnos en horizontes más amplios donde suscribir nuevas realidades comprometidas con un arte abierto donde no caben esquemas simplistas para miradas escleróticas.
| Bernardo Palomo